
Pensamientos negativos durante el COVID-19 ¿cómo manejarlos?
Experimentar miedo e incertidumbre durante la actual pandemia por COVID-19 es normal. Sin embargo, debemos tener bajo control esos pensamientos más negativos y fatalistas. Solo así lograremos que nuestra mente sea siempre nuestra mejor aliada en tiempos adversos.
Tener pensamientos negativos durante el COVID-19 es algo completamente normal. Es importante saber que en estos momentos gran parte del mundo experimenta unas mismas sensaciones, un mismo miedo y una incertidumbre semejante. Esto quizá nos ayuda a sentirnos un poco menos solos y más unidos. Sin embargo, es necesario controlar ese universo mental para no caer en estados de desesperación.
Como bien señalamos en nuestro espacio, la crisis actual con el coronavirus pasa por algo más que por cuidar de nuestra salud física. En estas circunstancias es imprescindible atender nuestro bienestar psicológico.
Factores como el confinamiento, la separación de algunas de nuestras personas queridas y la sensación de no saber qué puede pasar en los próximos días pueden hacer mella en nuestro equilibrio interno.
Las emociones nos van a poner a prueba. En un contexto tan imprevisible necesitamos recursos y si bien es cierto que tenemos pleno derecho a dejarnos caer de vez en cuando, a buscar el refugio momentáneo de la tristeza, es necesario mantener el dominio sobre aquello que sí queda bajo nuestro control: los propios pensamientos y la propia conducta.
Tengámoslo claro, hay algo que se extiende mucho más rápido que el propio coronavirus: el pánico. No podemos sucumbir al miedo porque de lo contrario, dejaremos de ser útiles para nosotros mismos y para los demás. Es momento de activar recursos que no sabíamos que teníamos.

Cómo controlar los pensamientos negativos durante el COVID-19
Desde organismos como la OMS o la Asociación Americana de Psicología (APA) nos insisten en un hecho innegable. Estamos alertando a la población de que se laven las manos con frecuencia, de que procedan al confinamiento en sus hogares, que mantengan las distancias y salgan de casa lo menos posible. Esas medidas reducen el riesgo de infección pero convierten a las personas en cápsulas de ansiedad a punto de explotar.
La pandemia del coronavirus lleva con nosotros desde finales del 2019 y avanza rápido. Ahora bien, no solo avanza a galope produciendo infecciones (leves en buen porcentaje) sino que además interrumpe vidas, proyectos, trabajos, estudios y metas a corto plazo.
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